dijimos que el problema nunca había sido el tiempo sino el espacio
y si bien, reitero, ha pasado
era todo lo mismo
una vida vacía, en Concordia
forrada de verde, pero vacía
el cuarto que ya no tengo, la cama que tampoco es mía
ni siquiera el colchón es cómodo, no
hay formas de suicidarte sin suicidarte
estando solo, probablemente
volviéndote un solo de mierda
y quizás con el tiempo quieras arreglarla
porque siempre pensás en el tiempo
pero en realidad es el espacio
no, es lo que es
no hay
no hay espacio para estar menos jodido
entonces inventás una familia funcional de la que no soy parte
te autoengañás diciéndole que no la estás engañando
tratás de convencerme de que tendría que acercarme más, pero me enrejás las ventanas
ya no tengo, siquiera, donde fumar
si es que ese era de los últimos placeres
no quiero escribir acerca de los otros
y se cae sobre el peso que tiene
que es mentira
que no hay esto, o lo otro
que necesitaba una excusa para irme de la casa de los dos
que te odio la mayor parte del tiempo
en el que no puedo quererte, porque te veo feliz
preguntándome si alguna vez antes estuviste así
si estuvimos así, si nos hicimos así
y no me acuerdo, y no puedo contestarme
no sé qué contestar acerca de los buenos tiempos que me están matando
porque ya no creo en los buenos espacios.
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