22.11.07

8

Tu carta por el piso, la foto de cuando eras la sed verdadera. ¿Y acaso ya no lo sos?, es que entonces te tenía, miraba el papel anhelándote, y ahora te me escurrís entre los dedos.

Roto el haz de luz, todo azul y yo tan sangrante que voy a tener que llorar días enteros para limpiarme, desagotarme, darle espacio a la rata, tan ecléctica y sofocante.

La carretilla de la vida con carga para cinco décadas, y con pronunciar tres veces una palabra nefasta, y patear la torre de fósforos que tantos meses tardó en levantarse. No quedan ni los cimientos.

Para volverme útil tienen que rasparme (la cabeza), y entonces todo arde y me consume, todo se consume, polvo, negro, rata, rata.

Desmembrar o ser desmembrado, no encontrar la grieta en tu pecho de la cual podía aferrarme, la que me dejaba entrar, ser parte.



ni siquiera te retengo, ¿qué esperás?, me voy por la rejilla.

cayéndole en la espalda, vomitándole.

7

Entonces empecé a llorar por dentro, ya me habían dicho que no podía llorar. Llanto, llanto, uno usa siempre las mismas palabras para lo mismo, y lo mismo siempre. No, ahora no porque no es el mismo ahora que en ese entonces, pero desde la primera noche, silencio.

Vos, yo, ¿viste Julito en Ándele?, y Julita, que no soy yo, porque por ella... mi Julia tan inalcanzable.

El boicot del alma bipolar, y vos nunca, Julieta Acosta, nunca, la felicidad. Porque yo no quiero, y basta, lobo, basta, que hasta en la sed verdadera te comportás como una rata que me carcome de adentro, como dijo ese señor con tanto amor, y ahora ya no existe, ¿lo voy a volver a ver?

Fausto, Fausto, mirá que no tengo nada, pero si no te tengo a vos no me tengo ni a mí; mi pena de que ayer 18 no me cuenta, y antes de ayer 12, porque sos una perra, la peor de las basuras, no te merecés... (nada de esto). Y papá no entiende, este momento es conmigo, mi eterna amiga la pared, mi ADN por el piso, de mil maneras, ¿por qué viscoso?.

* Si hoy es mañana, entonces sigo esperando, pero si mañana es mañana, entonces acabo de arruinar mi vida.

Tan semental, yo no quiero que me amen ni un poco.

El dolor por la mediocridad (del ánima). Sólo sé que Julia muerta, y los pedazos (por el cielo). La inmensidad de las cosas, de la gente en mí (tu) vida, yo no puedo más así, alguna de las dos tiene que empezar con la mortificación de cada parte (del alma). Insuficiente, ¿qué tal?, mucho gusto, mercurio.

Parece cianuro, había dicho, y ahí me enteré que era blanco, como la mancha, tu vida, perra, no podés ser tan perra, tenía razón cuando gritó que nada podía darte porque rompías todo, cual vampiro (encima se llamaban igual, tortura china).

Después no hay corazón que aguante, Entre Ríos 1030, el proyecto que no es, perra, perra.

Ese músculo no te anda, un pulmón te sostiene, lleno de humo, enmohecido, como esos Camel del miércoles que te enfermaron.

Nunca te importó. Te vas a curar el día que la mosca, no, porque la mosca siempre. Te vas a curar el día que de tanto pensar en la mosca ya no la tengas, por perra, perra.


Clavo, Coito, Dios.




Al final lo ví, sí, iba con su valija subiéndose a un colectivo.

menester, perdón.

Esto va derivado hacia otra cosa,
es tiempo de ajustarse el cinturón:
zona de turbulencia.



si hay alguien que conoce mi mente, esa es La Maga.
como la muy puta no conoce mi alma, no sabe nada,
pero nunca, nunca hubiera venido hasta acá para irse recitando ese poema
sin saber que iba a cenarlo yo por el resto de las noches
(boca abajo).

podrán sacarnos de un lado en el que en verdad no estamos.





¿y qué querés, un ensayo de patafísica?


bostezando los tópicos y los llantos frígidos (Girondo)

6

El tiempo que me sobra, el problema de jamás poder volatilizar(me). El césped del jardín tan cambiante, y otra vez, esa plaga destructora. El gusano, los dos metros bajo tierra, yo estuve ahí.

Lo rancio de tragar, amargo, yo sin saber nunca, nunca, que ibas a dejarme hervir sin compañía (del olvido). El arrastre de la incertidumbre de los sentimientos pasajeros permanentes, como el mar que rebalsó el ojo de la cerradura en el cuarto de Horacio, eso que nunca será, y no me importa, y él sabe.

El hotel de mis días en el jardín, firmamento gris, el frío de mayo y una que otra hoja entrando en letargo. El hotel de mis días en Entre Ríos 1030. El hotel de mi letargo en tu boca. El hotel de tu boca en(tre) mis dedos.

Fui de todo menos caníbal.

3

Entonces me dejás en el hotel, y yo así, siempre, lo nuestro siempre en un hotel, en un cuarto ajeno, pero no en este. Y tengo que besarte y abrazarte rápido, sí, porque ya te vas, y yo como una loca, y soy vos, y lo fui la tarde entera, y con la ducha maldita vas a hundirte por la rejilla, como mi alma tan viscosa y congelada (nada como hacerlo en tu cama) y la mentira fugaz, la risa, pero la lágrima en la rodilla que hace una hora acariciabas (o en la mía). Y yo en el techo, ¿tendrán mis ojos restos tuyos?, ¿algo que no haya llevado el rocío?, y querer hablarte pero el miedo y el silencio, y entonces mañana, sí, mañana, porque el taxi (o en la tuya), y el beso, y mañana un mes y medio sin verte.

2

casi que puedo sentir a mi cerebro gotear pócimas placenteras

(no te gustaba, ya sé)

mares que no son lo que son, y pierdo el control (otra vez)

(tampoco)


mi ligera llama rosa.



falacia.

1

No hay nada como hacer el amor en tu cama o en la mía, nunca.
Es como si de repente todo el mundo se resumiera a eso, estar parados frente a la ventana.
El gemido es desgarrador, aunque lo opaque la música es como oírlo desde adentro, es como si de repente todo cesara, y el producto de tu voz desesperada fuese lo único latiendo. Te alejás y te extraño por momentos, pero acá estás otra vez.
Es como amarnos, sí, jugando contra el paso del tiempo cuando no existe el reloj. La pena de saber que siempre es tarde. Siempre está mal, y es como amarnos y no me mientas, porque es estar con vos y no importa. Llenarnos de flores o de peces en la sonrisa que coincide por el azar que no buscamos comprender, la simpleza de las cosas a través de mí ventana.
Extrañamente el haz de luz de las 7 en primavera es azul o negro, lo vacío de mis muebles tan vacíos, y vos sobre mi cama abarcándolo todo.
Es como si perder la ropa cuando siempre es tarde no nos incite a jugar otra vez, entonces nunca deja de ser tarde.
Te quedás con las pequeñas partecitas tan inmensas de las cosas.
Te ponés amarillo. Te volvés como el humo del cigarrillo que acabás de fumarte. Me dejás impregnada de tus huellas digitales. Bajo la ropa todo tu olor, y ya no soy yo, soy vos acariciándote la espalda. Soy vos antes de subirme al taxi. Soy vos en el silencio de la cena, y de la cama que no es mía y tengo que hacer dormir. A veces sería bueno no poder dormir nunca, nunca estar cansado, poder hacerlo siempre. A veces sería bueno siempre dormir, y tu mano, y mi beso. Soy vos antes de la ducha.

Pero la lágrima que derramo al irme es mía.