2.10.12
seguí pensando así, que me encanta
qué linda que te queda la ropa (en el piso)
antes de dormir
busco incansablemente sobre la almohada algún trazo de tu olor
pero vos no te olés
así parecería
que mi cama siempre nos queda enorme
porque nunca logramos terminar de despegarnos
aunque suceda
te llevás puesta la necesidad de mí
como yo me quedo rendida en el colchón
mirando al vacío restante
porque no puedo alcanzarte la mano
todos los días el hasta mañana
de que por suerte exista mañana
y encontrarte en algún desierto pasillo
que nos haga eco.
etanol
excipientes
entrando y saliendo con libre albedrío
te mordí, nada más
despacito
como si de la otra noche no quedara rastro
como si tu pecho hoy fuese un trozo de carne virgen
sobre el cual volver a pasar los dientes
los gritos y el humo
socavándote la voz
volviéndola inútil a cualquier gesticulación no
correspondida
al éxtasis de las horas
de los labios deshidratados
reconstruyendo el mapa de una contextura
susurrándome el pecho
desde la espalda
demonizando los indomables días
en los que no puedo acariciarte.
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