ayer tendría que habernos grabado
recordado
no sólo los gritos
sino el balbuceo
que entre un gemido y el otro se volvía etéreo
quisiste descubrir a julieta acosta
y me preguntaste tantas veces, tantas
dónde estaba
dónde yacía en algún pequeño rincón
que pude haberla puesto
por mis problemas de delimitación
o de limitación por ahí
me calienta tu dolor
me calienta tu pena
me calienta tu miseria
y julieta, si vos
te levantás de ésta cama
te vestís
y te vas de tu casa
yo te juro que me mato
porque tenés que entender
que ésta noche
cada uno es el otro
y podemos hacerlo todo
somos cuatro piernas
y dos narices
el tiempo que pasé
esperando para besarte
arrepintiéndome siempre
del miedo
de mirarte a lo lejos
de la brazo-cuello dependencia
que otros tenían
porque era tu cumpleaños
y te cogería hasta que me muera
de hecho, podría matarte
nadie sabe quién soy
ni en qué estoy pensando
y hacémelo, por favor
lo que tiene que pasar para que me vaya
es el infinito
y mañana cuando me levante
puta, puta, puta
seremos dos de nuevo.
pero bueno, no va a haber martes, tampoco.