perdí la pregunta en el camino
y al llegar no borré, al menos no
instantáneamente
otro diría: decime vos a mí por qué me duelen
ah, y
un día en particular
ví al sol zambullirse en el mar
un privilegio que pensé no iba a tener en mucho tiempo
cuando cerré los ojos
comenzó a multiplicarse
la incertidumbre
a veces me da miedo meterme al agua
en tierra la pasamos mejor porque hay que aprender a amar aquello que existe,
que es, valga la redundancia,
lo que hay
y ya está, en serio, no en todos lados las partes vuelven a crecerte
esto no es poesía, ni de casualidad poesía
no
podrán llamarle poesía
esto es lo que me pasó en el brazo izquierdo
a principios de diciembre
tengo la tendencia a entrar en conflicto con mis extremidades
y ya está, en serio
que cuando la gravedad te obligue a caer sobre tu propio peso
yo estaré
dedicándome a lo real y posible
este día es la constancia
de que todo deseo de quimera
ha sido poderosamente utilizado en mi contra.
8.2.12
voy a desencadenar
la caja boba
que tenés como pecho
amordazarla al encuentro inevitable
de nuestras papilas gustativas
al roce de mi lengua
contra las venas de tu garganta
esta noche quiero arrancarme la piel
ante la distancia inevitable
susurrándome al oído una plegaria de retorno
quiero
caminarte los tatuajes
con mi absurdo poema
con la oda que le hago
a la más hermosa de tus piernas
con ese maravilloso pasado
que te tiene inscripto, poderoso
bajo el encanto de mis miserias
con la sal de tu pelo
enredándose en mis tobillos, quiero
tu mano sosteniéndome firmemente la cabeza
obligándome a mirar
las estrellas (y otras cosas)
la inevitabilidad
con la que te quedaste dormido sobre mi cuerpo
soñando la penumbra del desahogo
buenos aires te hace imberbe
al volcarme la botella
de canto en el esternón
vacío
en una plegaria de piedad
jugando por un rato
a conservarte como entero motivo
de mi vuelta.
la caja boba
que tenés como pecho
amordazarla al encuentro inevitable
de nuestras papilas gustativas
al roce de mi lengua
contra las venas de tu garganta
esta noche quiero arrancarme la piel
ante la distancia inevitable
susurrándome al oído una plegaria de retorno
quiero
caminarte los tatuajes
con mi absurdo poema
con la oda que le hago
a la más hermosa de tus piernas
con ese maravilloso pasado
que te tiene inscripto, poderoso
bajo el encanto de mis miserias
con la sal de tu pelo
enredándose en mis tobillos, quiero
tu mano sosteniéndome firmemente la cabeza
obligándome a mirar
las estrellas (y otras cosas)
la inevitabilidad
con la que te quedaste dormido sobre mi cuerpo
soñando la penumbra del desahogo
buenos aires te hace imberbe
al volcarme la botella
de canto en el esternón
vacío
en una plegaria de piedad
jugando por un rato
a conservarte como entero motivo
de mi vuelta.
atravesarte el ego
con una daga envenenada
es
una ridiculez del pasado
casi tan irrelevante
como la canción que está atravesándome el cráneo
si tuviera tiempo
y quisiera dedicártelo
me armaría con un arsenal de palabras
que definitivamente, ahora tengo
esto es
la continuación de la estirpe
una ridiculez del pasado
casi tan irrelevante
como el pasado mismo
suficiente
suficiente como para.
con una daga envenenada
es
una ridiculez del pasado
casi tan irrelevante
como la canción que está atravesándome el cráneo
si tuviera tiempo
y quisiera dedicártelo
me armaría con un arsenal de palabras
que definitivamente, ahora tengo
esto es
la continuación de la estirpe
una ridiculez del pasado
casi tan irrelevante
como el pasado mismo
suficiente
suficiente como para.
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