No van a detener el caudal de fluidos que derrama esta herida. No podrán contener su desembocadura, y será tarde, tarde para todo, hasta para ver llover. Te dije que ser uno dolía, pero no pensé que fuera a sangrar tanto, y cuando te tengo al lado se desata el nido de mariposas que me plantaste en el estómago, se disipan y están en los dedos, en el cuello. Cuando se me meten en la boca, cuando las vomito, cuando me cuesta respirar, estás gimiendo detrás mío, y es tarde, tarde para todo, hasta para ver llover.
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