sexagesimal
29.9.09
estuarios
vengo a calmar mi sed, y tus manos se abren ante mí con un puñado de sal
pregunto, entonces:
¿qué queda de nosotros?
la pared responde:
tus labios, Julieta, sangrando, estás a punto de deshidratarte.
pero sólo quiero que seas feliz.
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