te podés olvidar
de mi cumpleaños
y podés pensarme olvidando a mí
aunque nunca pude odiarte bien,
al infierno ida y vuelta
y carajo, que nos acordamos
del día en que mejor nos hicimos
he ahí la reverencia
y la adoración por el piso
lo que más me gusta de los dos
es saber que existe.
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