No me
hables acerca de la soledad. En lo posible, no me hables de nada. O no me
hables de algo, esa sería la forma correcta de decirlo. Es ridículo aprender
metódicamente, gramaticalmente, exhaustivamente, a hablar bien inglés antes de
hablar bien castellano. Castellano de Castilla, castellano pura mierda.
Entonces entendés que no hablar de nada, en realidad es hablar de algo. No podés
negar dos veces, entonces estás afirmando. Como en las ecuaciones, la regla de
los signos. Dos negativos siempre darán positivo, no obstante dos positivos
siempre darán negativo, no obstante, siempre que mezcles, en cualquier orden, a
un más y a un menos, será negativo. El triunfo de la negatividad.
RH
negativo, como mi mamá, como mi hermano, como mucha gente que odio. No es que
los odio a ellos, aunque a veces sí lo haga. Receptor universal, pero el día
que me muera va a importar poco, voy a reventar como sapo y no importa que a, b
y 0 puedan darme, no va a importar. Lo que va a importar es el negativo.
Negativo en
un examen de ingreso, negativo en un pedido de beca, negativo evatest, negativo
en un exámen de hiv, sífilis, como tres tipos de hepatitis, gonorrea, hpv,
negativo.
Negativo
intentar entrarle al sol a la mañana, romperlo al medio, poder mirarlo
realmente sin que me destruya los ojos, negativo siquiera sacarle fotos.
Negativo es el gato que está dentro de la caja que no sabemos si vive o muere o
si en la espera por averiguar su vida o muerte acaba por morir de cualquier
manera. Entonces nos lamentaremos por la caja, por no abrirla, pero aún abriéndola,
aún sabiendo que podríamos destrozar el sistema con la simple apertura, matar
al gato en serio, y quizás a nosotros mismos con la simple apertura nos coloca
en una disyuntiva, en la que no importa lo que pase, más bien, lo que está dado
está dado, lo que no podemos ver no se ve, y si tenemos la posibilidad de
hacerlo frente a nuestras narices, aún estas se llenen de veneno e
intoxicaran-lo todo, esa posibilidad absurda que existe, persiste y resiste, en
porcentajes mucho más altos de los que verdaderamente nos interesarían,
entonces a la caja hay que abrirla igual. El precio es tan azaroso y terrible
como no hacerlo.
Antítesis.
Negación de la tesis. Negación de uno mismo que no sólo se niega sino más bien
lucha contra la afirmación, un estadío anterior en pos de la superación, de la
llegada de la síntesis abarcadora. Cogito ergo sum. No me importa, mañana voy a
ser otra cosa. Mañana voy a ser la síntesis de este día de mierda que a su vez
va a ser tesis de otra antítesis que surgirá eventualmente.
Las manos y
los pies, todos los lejanos extremos de mi cuerpo completamente congelados. Puta
anemia. Puta mierda. Como si la oleada de negativos hubiera pegado también,
como si pudiera existir un examen que simplemente se llame “examen de la
persona físicamente saludable”, y que yo hubiera sido calificada con un
negativo en ese. Estoy gris, no me rinden las horas de sueño. No tengo hambre,
me gusta no tener hambre y aunque a veces la tengo me gusta simplemente no
prestarle atención. Quizás es el humo del cigarrillo que debería dejar, quizás
es buena idea empezar a armar, quizás veo a veces fotos de animalitos
torturados por la tabacalera a la que le compro los putos clavos de mi ataúd y
no existe momento, a la hora de prenderme un cigarrillo, en el que no tenga
presente el hecho de que es un rato más en el que acelero mi proceso de
descomposición, en el que permito que un agente dañino me consuma. Como la
sanguijuela que creo tener prendida en algún sector del cuerpo, la que explicaría
de manera fantástica por qué me estoy muriendo más rápido de repente, por qué
tengo tanto frío, por qué estoy más liviana, por qué tengo este color.
Y sin
embargo hace cosa de una semana cargué la cámara de fotos con un rollo de 400
esperando que salga el sol y poder tener menos frío y sacarnos fotos juntos. Pero
bien el sol no salió, o sólo salió los días de semana, o estuvimos muy
cansados, pero sé que a las cinco de la tarde ya es tarde para mi cámara. Ya es
muy tarde para ella y probablemente para nosotros, que vivimos mucho más de
noche que de día pero ahora hace frío. Esta vida está fría. Y puede sonarte
horrible, mi amor, pero estoy convencida de estar muriéndome mucho más rápido. Aunque
me recupere y viva, estoy muriéndome rápido, y aún en la antítesis y en la
negación y en el frío, en mi mano que apenas se mueve, en mi pierna, así como
está, que no es buena idea hacer el amor un jueves pero es la mejor idea del
mundo, puedo decirte: te amo. Te amo porque a veces estamos raros y no sabemos
qué hacemos o qué hacer. Te amo porque nunca sabemos qué hacer, o qué va a
pasar. Te amo porque mis sábanas huelen a hacer el amor el jueves, y porque New
York I love you but you’re bringing me down. Y porque, gracias, antítesis, no sé
nada, excepto quererte de formas extrañas, para mí y para ambos. Al menos hoy,
mi amor. Al menos hoy.
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