a veces me quiero despertar y llevar una vida normal
tener una vida irreal
no lacerarme la garganta y
decirte que te quiero
o pensar esa vida con vos, pero
son las dos de la tarde,
los mordiscos del gato me despiertan de las pesadillas
la resaca, el pelo
el dolor en el cuello y
¿qué pasó ayer?
ah, no, ayer no estabas.
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