Lo que quiero que suene, es ajeno a todo esto. He abandonado las impresiones. Mucho más lejos, dejé las ilusiones. Todo lo que no deseo corresponde más bien a un viraje. Una vuelta para bien. No sos parte. Más bien, proclamar que lo último que se pierde es sostenerte la mano, y juzgando al tiempo, lo he perdido. Como se trata de nosotros, pretendo ganarlo en cualquier momento. Y así, y mañana, cuando te tome en silencio, como una casa, como un abrigo, como tus huesos y a las tazas, mañana te digo que te quiero.
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