habito este cuerpo
porque no sé de otro
porque tu boca es cosa de pocas veces a la semana,
pero qué placentero
que se vuelve.
tengo el hábito de
arañarme por dentro,
tus heridas, todas tuyas,
algún día,
algún día.
es que no lloro, o casi,
y no demuestro
nada, salvo lágrimas
de hacer el amor y saber que quizás dejaremos de
hablar
si hay días de pocas palabras
si hay soles que no sintonizan
mi vida y nosotros, dos cosas aparte.
vos, otra vez
cosas por las cuales me despierto
amar saber que nadie te obliga a levantarte,
pero cuanto temor
porque es sentirse solo.
y la soledad es una centrífuga letal,
habitaba este cuerpo en la vida anterior
ingenuidad
pensar que las cosas cambian,
no cambio yo,
la isla por caprichos,
no cambio yo,
ser la mitad de mujer que era
no ser
tocada,
alma pateada
por un mundo que camina
como enfermos
esperando por la horca,
por las ganas de cogernos esta noche
lejos,
lo único sincero
la única revolución que me gasto en hacer
nosotros,
cambié de escenario
pero lo mismo me muero,
ahora sólo hago
nosotros.
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