24.10.11

Los días que me levanté pensando que ya estabas despierto. Los días que me despertaste vos. Las veces que dijiste cosas horribles, como si quisieras verme sangrar. Sabés, extirpámelo. No quiero esto. No lo quería en aquel momento, y aunque lo abracé, ahora no. Mi estadío destructivo y yo estábamos bien. El harén estaba bien. El control y la pérdida del mismo de la mano de la violencia, también estaban bien. Ahora soy dependiente. Ahora creo en la insuficiencia. Creo en el ser insuficiente. Por cada desliz de tu dedo sobre mi mano, por cada abrazo eterno hay un puñal simultáneo que se clava en mi sien. Recordándome la imperfección de lo perfecto. La respuesta siempre es que no quiero. Que no quiero esto, que no quiero aquello, pero definitivamente tampoco quiero dejar de sentir todo lo que me provoca respirarte, tenerte cerca. Lo podemos cambiar, lo podemos cambiar por la libertad, por la parcimonia. Vos podés volver al pasado, continuar con la apatía. Yo puedo moverme. Siempre habré de moverme.

No hay comentarios: