5.3.13


el después, que no es lo mismo que
tu boca en el antes
ni tus piernas en el durante
ni el cigarrillo que estoy prendiendo


las cuerdas que rasgaste hoy a la tarde
merecían ser lamidas por los perros de la calle
o admiradas por los niños que sonríen


dejaste de fumar, mi amor
(ahora me suicido solita)


cantaste eso que perturba la carne
de los que pelamos hasta los huesos
por tres o cuatro trozos

tus dedos, quizás, acomodando los míos
luchando en el pasto perfecto


aunque hoy hagamos la paz, muy a mi pesar
más bien hacemos el amor


hacemos que hagan el amor
el hombre del sombrero en tus ojos
y mi sonrisa de puta.

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