22.11.07

8

Tu carta por el piso, la foto de cuando eras la sed verdadera. ¿Y acaso ya no lo sos?, es que entonces te tenía, miraba el papel anhelándote, y ahora te me escurrís entre los dedos.

Roto el haz de luz, todo azul y yo tan sangrante que voy a tener que llorar días enteros para limpiarme, desagotarme, darle espacio a la rata, tan ecléctica y sofocante.

La carretilla de la vida con carga para cinco décadas, y con pronunciar tres veces una palabra nefasta, y patear la torre de fósforos que tantos meses tardó en levantarse. No quedan ni los cimientos.

Para volverme útil tienen que rasparme (la cabeza), y entonces todo arde y me consume, todo se consume, polvo, negro, rata, rata.

Desmembrar o ser desmembrado, no encontrar la grieta en tu pecho de la cual podía aferrarme, la que me dejaba entrar, ser parte.



ni siquiera te retengo, ¿qué esperás?, me voy por la rejilla.

cayéndole en la espalda, vomitándole.

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