22.11.07

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Entonces me dejás en el hotel, y yo así, siempre, lo nuestro siempre en un hotel, en un cuarto ajeno, pero no en este. Y tengo que besarte y abrazarte rápido, sí, porque ya te vas, y yo como una loca, y soy vos, y lo fui la tarde entera, y con la ducha maldita vas a hundirte por la rejilla, como mi alma tan viscosa y congelada (nada como hacerlo en tu cama) y la mentira fugaz, la risa, pero la lágrima en la rodilla que hace una hora acariciabas (o en la mía). Y yo en el techo, ¿tendrán mis ojos restos tuyos?, ¿algo que no haya llevado el rocío?, y querer hablarte pero el miedo y el silencio, y entonces mañana, sí, mañana, porque el taxi (o en la tuya), y el beso, y mañana un mes y medio sin verte.

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