12.2.12

debe ser que hay noches en las que la jodés
terriblemente

como si cada producto de tu imaginación
que llegás a escupir
se convirtiese en un clavo
extremadamente nocivo

(y sabemos bien, todo clavo que gira, es tornillo)

son las seis y media de la mañana
el sol está insoportable
insoportablemente drogada
bajándote un atado de puchos y una botella de agua como si
no te bajaste cinco atados en todo el fin de semana
y se te ocurre decirle
todo está en tu cabeza

a ella, que le corre la misma sangre repugnante
que a vos

todo está en tu cabeza, y encima
yo no tengo la culpa de tus desgracias
todo está en tu cabeza, y encima
me creés adicta y perfecta

fantástico, sí
estoy drogada como la mierda
mezclé un millón de pelotudeces
hace cinco años que me comporto como una pajera
tengo una herida de guerra del tamaño de una casa
me chupa bien un huevo todo
y encima lloro, no sabés cómo lloro

si no usaste los últimos veinte años de tu vida
para darte cuenta
de lo que tengo debajo del plástico
somos nada.

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