ahogar las cosas en las que creo cambiarlas por algo usado usado por mí
(se va a poner violento, sobretodo esta noche) en la que seguramente vuelva a casa con un premio
descerebrar al silencio con el único músculo que no me duele con el más sensible al que le gustaba ultrajarte el que un día debería desprenderse de mí, y matarte.